Mitos y Leyendas de El Salvador
El Cipitio
El Cipitio es un cipote (niño) de 10 años con un estomago bien grande.
Su nombre se toma de la palabra del nahuat “Cipit” o “Cipote” que significa
niño. Algunos también relacionan su nombre con el de Xipe Totec.
Según la leyenda, él es el hijo de un romance prohibido de una mujer nativa
llamada Sihuehuet, conocida como Siguanaba y del hijo del dios Tlaloc.
El Cipitio fue condenado por Tlaloc, a vivir para siempre como un chico de 10
años con sus pies colocados al revés, como recordatorio del amor perverso de su
madre.
Las historias que cuentan los campesinos, es que él viene a sus campos y que
encuentran los pasos de un muchacho, pero se pierden siguiéndo las huellas,
porque algunos no saben que el Cipitio tiene sus pies al revés, lo siguen en la
dirección incorrecta.
Otra característica del Cipitio es que le gusta comer cenizas, lanza piedritas
a las señoritas hermosas y le gusta comer mucho la variedad de plátanos
conocidos como “Guineo Majoncho” de El Salvador. él podría también
“Teletransportarse” donde quiera y cuando lo desee.
En una serie de Televisión Cultural Educativa de El Salvador, Rolando Meléndez
lo interpreta y lo ha colocado como marca registrada para el papel del carácter
legendario. La demostración ha estado programandose en varias temporadas. Cada
episodio muestra los problemas que los niños Salvadoreños encuentran en sus
comunidades, familias y escuelas, el Cipitio los ayuda a solucionarlas
enseñándoles valores, la ética, y el respeto hacia los demás.
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